Fe y Alegría.


Una manera de vivir una sana experiencia de la fe.





Y cuando creemos que el pan escasea.




MIÉRCOLES DE INTERIORIZACIÓN POR LA PAZ Y LA RECONCILIACIÓN.

·         OBJETIVO: Reflexionar sobre la importancia de la paz, la restauración y la reconciliación, para que en tónica de oración fortalezcamos con nuestras buenas acciones la construcción de una paz personal y social para este tiempo que se inicia.

·         AMBIENTACIÓN:

Signo: Se les pedirá a los estudiantes que en la medida de lo posible retomen una hoja, media hoja o un cuarto de hoja (reciclable). Luego, se les pedirá que la observen detenidamente para que luego en un fingido ataque de ira  la arruguen lo más que puedan o que la rasguen en su defecto. Seguidamente, se les pedirá que retomando el papel lo restauren a su estado inicial. Después se realizará la siguiente lectura.

Lectura: El Papel Arrugado

“Mi carácter impulsivo, me hacía reventar en cólera a la menor provocación. La mayor parte de las veces, después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.
Un día mi consejero, quien me vio dando excusas después de una explosión de ira, me entregó un papel liso. Y entonces me dijo: Estrújalo, Asombrado, obedecí e hice una bola con él papel.
Luego me dijo: Ahora déjalo como estaba antes. Por supuesto que no pude dejarlo como estaba.
Por más que traté, el papel quedó lleno de arrugas.
Entonces mi consejero hablo: “El corazón de las personas es como ese papel.
La impresión que dejas en ese corazón que lastimaste, será tan difícil de borrar como esas arrugas en el papel. “Aunque intentemos enmendar el error, ya estará “marcado”.
·         PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO
1.      ¿En qué momentos arrugamos el papel en el corazón de los demás?
2.      ¿En la vida de quien hemos arrugado dicho papel?
3.      ¿Quiénes y de qué manera nos han arrugado el corazón?
4.      ¿Qué hemos hecho para restaurar ese papel que hemos arrugado?
¿Qué podríamos hacer para sanar nuestro corazón y el de tantos corazones arrugados?
MENSAJE: Por impulsos del momento no nos controlamos y sin pensar arrojamos palabras llenas de odio y rencor. Y de repente nos damos cuenta de que no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado en el corazón de la otra persona. Y lo más triste es que dejamos “arrugas” en muchos corazones que perduraran por siempre y  luego, cuando pensamos, reflexionamos y meditamos en ello, nos arrepentimos. Desde hoy, partiendo de este signo de oración que vamos a hacer debemos ser más compresivos y más pacientes, pero en especial aprender a dejar el orgullo y como un valiente, pedir perdón y reconocer el error. Para otra ocasión, cuando sientas ganas de estallar y ser cruel con tu prójimo, recuerda “El papel arrugado”.
REFLEXIÓN Y COMPARTIR

Trabajo personal
Se les pide a los estudiantes responder las siguientes preguntas.
1.Describe una experiencia personal en la que hayas restaurado o reparado la vida de alguien. ¿A quién? ¿Cómo fue?
2. Describe una experiencia personal en la que hayas dañado o destruido en algo a alguien. ¿A quién? ¿Cómo fue?

3. Con estos dos casos llenar el siguiente cuadro:

Caso en que reparo y restauro
Caso en que daño y ofendo
1. ¿Cómo me siento?


1. ¿Cómo me siento?
2. ¿Cómo reaccionaron las demás personas?


2. ¿Cómo reaccionaron las demás personas?
3. Consecuencias


3. Consecuencias


·         PLENARIA

Comparten su trabajo algunos estudiantes y el facilitador saca conclusiones y aprendizajes resaltando la importancia y los efectos que trae reparar y restaurar la vida como signos de la reconciliación.

·         CULMEN

Si lo ven conveniente pueden motivar al grupo para que repitiendo después de cada consigna, juntos hagan la oración por la paz como un compromiso adquirido para ser mensajeros de esta y de la reconciliación.

Señor, hazme  un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.


Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna. Amén.


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